Mi nombre es Jonathan Solís González, tengo 38 años de edad, 15 años de casado con Johanna Cante Bonilla y vivimos en Coronado.

Mi testimonio de vida es el siguiente: En el 2011 fui diagnosticado de cáncer de testículo, el cual ya había hecho metástasis en mi estómago, de modo que tenía un tumor germinal en el testículo y otro en mi estómago. Como todo ser humano, cuando le diagnostican cáncer lo primero que pensé fue en la muerte. En ese momento puse todo en manos de Dios y acepté su voluntad al proceso médico que debía seguir en los siguientes meses para tratar la enfermedad.

Días después de el diagnóstico me operan y empiezo el proceso de quimioterapia por 4 meses. Hubo una segunda operación, fue de alto riesgo ya que los médicos extraen los residuos del tumor en mi estómago para seguir con más quimioterapia por varios meses.

El proceso fue largo y doloroso, sufrí los efectos secundarios de la quimio.

Al terminar el tratamiento, empecé a ir a citas de control por unos meses, todo iba bien, sin embargo aproximadamente a finales del 2013 en una de las citas la doctora me dice que tengo otro tumor con un gran crecimiento en la zona del estómago. Aquí empiezo otro proceso de quimio más pesado y difícil que el primero, no me quedó otra que afrontar el proceso con buena actitud y con la fe puesta en Dios de que ÉL me iba a dar nuevas fuerzas.

Para el 2014 los exámenes daban buen resultado y los marcadores tumorales estaban bien.

Ya para el 2015-2016 todo estuvo normal, tanto así que pude regresar a mi vida normal, trabajo y ejercicio, lo que siempre ha sido una parte de mi vida muy importante, andar en bicicleta; en esos dos años competí en la famosa Ruta de los Conquistadores que es una de las competencias más duras de ciclismo de montaña a nivel mundial. En el 2017 en cita de control tuve la mala noticia de un nuevo tumor, ahora, en la zona del tórax, cerca de una arteria principal del corazón, el que por su crecimiento comprometía esa arteria. La noticia que me dio la doctora en ese momento fue que ya me habían dado todos los tratamientos posibles, que la única posibilidad era reunirse con la Junta Médica para valorar un trasplante de médula, debido a eso me mandó hacer una biopsia, cuando me operaron lograron extraer el tumor. El tratamiento fue aprobado en la Junta Médica por lo que se programó para inicios del 2018, por decirlo así era el último cartucho para combatir mi cáncer. El tratamiento duró aproximadamente 5 meses fue largo y muy pesado.

Ya para finales de ese año, todos los resultados del trasplante eran positivos y me dieron de alta en el Hospital San Juan de Dios y ahora dos años después, sigo en control en el, Hospital Calderón Guardia, donde siempre me han visto y los resultados de los exámenes han sido buenos.

Después de todo este proceso, estoy convencido que el cáncer en mi vida fue una gran bendición, porque en todos esos años fui experimentando la grandeza de Dios, como Él hizo el milagro de mi sanación y aprecié su gran amor hacia mí.

Y cómo puedo hablar de su amor?

Bueno realmente pude ver la gran esposa que tengo, que siempre estuvo a mi lado dándome ese apoyo tan especial, no me abandonó ni un solo segundo. Además que pude conocer del perdón, ya que pude reconciliarme con mi papá, pude abrazarlo y decirle te amo, cosa que en 30 años nunca había sido capaz de hacer. Y así un sin fin de testimonios donde vi la misericordia de Dios y cómo sus milagros son a cada segundo.

Me despido dando las gracias por ésta oportunidad de compartir mi testimonio, pidiendo a Dios que pueda llegar a muchas personas para ayudar y fortalecerlos si están pasando una situación similar propia o con algún familiar.


 

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